La subida de los tipos ha modificado la distribución de las primas de riesgo en los mercados públicos, y los mercados privados no son inmunes a este cambio. En opinión de UBP (Union Bancaire Privée), es muy poco probable que los próximos años se parezcan en nada a la década pasada, de riesgos suprimidos y de amplia liquidez debido a la Fed Put. 

En opinión de Nicolas Roth, Head of Private Markets Advisory de UBP, los recientes acontecimientos económicos y geopolíticos apuntan a profundos cambios fundamentales en el universo de inversión. “Los inversores deberían esperar menos eficiencias, que suelen favorecer los gestores especializados en lugar de los generalistas. Los mercados privados tienen esta característica única para crear alfa en este entorno y beneficiarse de ineficiencias estructurales al margen de las del mercado. Esto es lo que los inversores deberían esperar de sus inversiones en mercados privados y ha llegado el momento de desplegar capital en tales oportunidades”, afirma Roth.

Según su visión, los mercados están evolucionando hacia un entorno que probablemente recompense un enfoque más práctico que pasivo. En private equity, y más concretamente en el venture capital, considera que los gestores tendrán que prestar mucha atención al mantenimiento de una fuerte disciplina de tesorería en las empresas de sus carteras, mientras que los inversores en adquisiciones se enfrentarán a baches de velocidad en la salida. Por su parte, señala que el sector inmobiliario se volverá más activo, subiendo peldaños en la escala de complejidad y ejecutando estrategias de valor añadido para reposicionar activos y extraer valor. 

Desde UBP explican que los cambios actuales exigen un enfoque práctico, especialmente en el capital privado, que requiere una gestión estricta del efectivo en las empresas de la cartera, mientras que los inversores en adquisiciones pueden enfrentar desafíos durante las salidas. “Los gestores de deuda privada deberían prepararse para posibles ejecuciones hipotecarias, mientras que los inversores inmobiliarios deberían orientarse hacia estrategias de valor añadido, haciendo hincapié en el reposicionamiento de activos y la extracción de valor”, explica UBP en su documento de perspectivas de mercados privados para 2024. 

Como consecuencia del entorno actual, UBP tiene la convicción de que se requiere una selección minuciosa de gestores y operaciones, así como hipótesis y expectativas de suscripción realistas”, insisten. En este sentido, el banco privado apunta tres claves para los inversores. La primera es “ser constructivo, pero selectivo”, es decir, según su criterio, lo que funcionó en la década anterior no necesariamente funcionará en los próximos años venideros. En su opinión, los inversores deben adaptarse a la nueva realidad de unos tipos más altos durante más tiempo, y ajustar sus hipótesis y expectativas en consecuencia. 

En segundo lugar propone “centrarse en las oportunidades sin correlación con los mercados” como, por ejemplo, en los mercados privados, que permiten crear exposición a primas de riesgo correlacionadas y oportunidades estructurales. estructurales. “Este enfoque permite que la asignación al mercado privado disminuya el riesgo global de las carteras tradicionales”, argumentan desde UBP. Y, en tercer lugar, propone “adoptar un enfoque que combine elementos básicos y oportunidades satélite”, implementando carteras con bloques básicos y permitir que algunas unidades de riesgo inviertan en estrategias satélites oportunistas y a más corto plazo, cuando estén disponibles, para maximizar las fuentes de rentabilidad.

Visión por activos

Ahora hablar de de los diferentes activos de los mercados privados, UBP asegura que universo del private equity requiere un enfoque “perspicaz”, favoreciendo el mercado secundario como una oportunidad principal debido a factores estructurales y confiando en las capacidades de creación de valor de los administradores en lugar de recurrir a una engorrosa ingeniería financiera para generar liquidez. En su opinión, las reservas de efectivo disponible permitirán a los gestores aprovechar rápidamente valoraciones atractivas.

En el caso de la deuda privada, destaca que este activo está pasando de estrategias tradicionales de préstamos directos a enfoques más diversos y especializados. “Los desafíos resultantes, como una mayor competencia y márgenes reducidos, están impulsando a los inversores a explorar vías alternativas como el capital híbrido y la financiación estructurada”, indica en su documento de perspectivas. 

Para el real estate, uno de los activos más populares entre los inversores, advierte que el panorama de la inversión inmobiliaria está evolucionando hacia una mayor fragmentación, ya que los activos tradicionales estabilizados, como oficinas y espacios comerciales, pueden no generar rendimientos sustanciales. Y añade que factores como las consideraciones ESG están impactando en los espacios de oficinas y se ha observado una resiliencia inesperada en ciertos segmentos minoristas desde el coronavirus. Según su visión, “la diversificación ofrece focos de oportunidades atractivas”. Por último, considera que las infraestructuras son el activo clave para aprovechar las megatendencias, poniendo el énfasis en una perspectiva modernizada impulsada por la descarbonización, la economía circular y la digitalización ofrecen retornos al alza con un fuerte respaldo regulatorio.

 

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