La multinacional energética Repsol señala la “atractiva regulación” en Estados Unidos como una de las razones por las que ve viable un potencial ampliación de su negocio de combustibles renovables en el país americano. Pese a que la española centra hoy en día la mayor parte de este área en la Península Ibérica, valora la posibilidad de desarrollar una plataforma de bajas emisiones de carbono en EEUU.

La compañía ha enviado un informe a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) con motivo de sus resultados semestrales en el que detalla la importancia de desarrollar nuevos centros logísticos que actúen como ‘hubs’ para los combustibles verdes como uno de sus objetivos estratégicos principales, en pleno auge de este tipo de carburantes en un sector de la energía que ha adoptado como una de sus metas la descarbonización de la movilidad.

Aprovechar “al máximo” los residuos

La directora general de la asociación Crecemos, Mónica de la Cruz, ha subrayado la necesidad de una regulación que tenga en cuenta los combustible renovables como “una opción ya existente que contribuye notablemente al proceso de descarbonización del transporte, a la vez que se da certidumbre a las inversiones a largo plazo” para que sea posible “aprovechar su potencial ‘circular'”. 

Formada casi por una treintena de entidades, como Airbus, Alsa, Mercadona, Repsol, Técnicas Reunidas y Toyota, que contribuyen en torno al 7% del PIB español y emplean a unos 200.000 trabajadores, Crecemos nace para fomentar la economía circular en España y el uso de combustibles renovables.

Su dimensión multisectorial -la asociación engloba a empresas que van desde el sector primario a la ingeniería, el transporte, el sector minorista (‘retail’) y la producción- no es baladí, sino que persigue una “colaboración integral” y propiciar “soluciones más efectivas” para impulsar la transición energética en España.

En una entrevista con EFE, la directora general de Crecemos detecta “desafíos significativos”, de modo que “es esencial aprovechar al máximo los residuos generados para convertirlos en nuevos recursos evitando así su depósito en vertedero o incineración”.

Aquí surgen los combustibles renovables, que dan una nueva vida a residuos orgánicos como los forestales, agrícolas, ganaderos, los sólidos urbanos o el aceite usado de cocina, utilizados como materias primas para su conversión en un producto de cero emisiones netas.

Efectos positivos

A comienzos de enero la Universidad de Málaga, en un estudio internacional con el ‘Future Power Systems Group’ de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), concluía que el uso de biocombustibles podría reducir en un 90% la emisión de humo negro de los coches.

Más recientemente, un informe de la consultora NTT Data señalaba que elevar un 1% adicional la cuota de combustibles líquidos renovables equivaldría a poner en las carreteras 425.000 vehículos eléctricos.

El trabajo, realizado para la Plataforma para los Combustibles Renovables, situaba a España como el tercer país europeo con más posibilidades en biocombustibles avanzados, y aseguraba que en un escenario bajo, sólo con materias primas residuales se podrían generar casi 11 millones de toneladas equivalentes de petróleo.

Pero, además, los combustibles renovables “brindan” a España una oportunidad de fortalecer el tejido industrial y de favorecer la independencia energética, lo que, a su vez, “ejercerá un efecto tractor en la generación de empleo en zonas rurales y en su desarrollo económico”, añaden desde Crecemos.

Los ‘e-fuels’, ante la próxima legislatura europea

Como es frecuente entre los actores industriales, la directora general de la asociación tiene claro que “la neutralidad tecnológica es crucial para la transición energética, permitiendo la coexistencia de diversas tecnologías que contribuyan a la descarbonización”.

Y es que, para De la Cruz, que cuenta con más de veinticinco años de experiencia vinculada a la industria de los plásticos, “biogás, biocombustibles, combustibles sintéticos, hidrógeno… Todos son importantes dentro del ‘mix’ energético”.

Más allá del biocombustible de residuos, esta licenciada en Ciencias Químicas por la Universidad del País Vasco (EHU-UPV) incluye, así, a los ‘e-fuels’, que se obtienen de la combinación del dióxido de carbono o CO2 capturado con hidrógeno renovable producido de la electrólisis del agua y que, de acuerdo con la Comisión Europea (CE), pueden reducir significativamente las emisiones.

De hecho, la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, se refirió a ellos la semana pasada cuando lanzó un balón de oxígeno al motor de combustión al subrayar que aunque la Unión Europea mantendrá la prohibición de vender coches que generen CO2 en 2035, los combustibles sintéticos o ‘e-fuels’ tendrán “un papel a desempeñar”.

En un informe del pasado diciembre el ICEX los describía como “neutros para el clima”, e indicaba que su funcionamiento “está tan libre de CO2 como cuando un coche eléctrico funciona con electricidad procedente exclusivamente de energías renovables”.


Repsol ve potencial para la expansión de su negocio de combustibles renovables en EEUU

Como resalta esta misma fuente, la generación de ‘e-fuels’ requiere mucha más energía que para generar electricidad, “por lo que los países con más sol y viento serán más eficientes”. Esta circunstancia podría suponer una ventaja competitiva para España frente a otros socios como Alemania, que apunta a ser importador.

A tenor de un análisis de Frontier Economics, la producción de ‘e-fuels’ podría crear hasta 278.700 nuevos puestos de trabajo en todo el mundo, de los cuales 18.900 directos y 259.800 indirectos.

Piden beneficios fiscales

“España puede ser uno de los países europeos que lideran la transición ya que disponemos de materias primas renovables, el conocimiento y desarrollo tecnológico, y el firme compromiso de las empresas para su transformación”, sostiene De la Cruz.

Sin embargo, para que esta capacidad prospere “es vital” la colaboración con el Gobierno en aras a “un marco regulatorio que apoye la economía circular y el desarrollo de combustibles renovables, así como establecer beneficios fiscales que consideren la mejora medioambiental que estos aportan”, sentencia.

Por lo pronto, el Ejecutivo culminó hace unos días la transposición de la Directiva sobre Energías Renovables con la publicación de la orden ministerial de fomento de biocarburantes y otros combustibles renovables con fines de transporte, un hito que fue celebrado por los principales agentes de esta actividad.

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